Lengua de Señas Venezolana:
En Venezuela viven varios miles de Personas Sordas cuya primera lengua es una lengua de señas, esto es, una lengua que se “habla” con las manos y las expresiones y posturas del cuerpo y de la cara. Tal lengua viene siendo llamada, desde hace más de una década, Lengua de Señas Venezolana (LSV). La LSV tiene una gramática y un vocabulario propios, que la diferencian de las lenguas de señas de otros países.
Alfabeto Manual
Orígenes de la LSV
Las primeras menciones conocidas acerca de una comunidad de personas con discapacidad auditiva usuarios de una lengua de señas en Venezuela se remontan a la década de 1930, tras la fundación de la primera escuela que acogió a niños con deficiencias auditivas en Caracas, la capital del país. Esa escuela, el Instituto Venezolano de Ciegos y Sordomudos (IVCyS), fundada en 1935, permitió la formación de una pequeña comunidad de señantes, que a partir de las señas caseras traídas por cada uno, fue configurando un código común. Más adelante, la administración del IVCyS decidió separar los niños sordos de los ciegos y se fundó, para los primeros, la Escuela Taller de Sordomudos. En esta se empleó a maestros oyentes formados en España, que conocían la lengua de las personas con discapacidad auditiva de ese país. El contacto entre el código desarrollado hasta entonces por los niños y la LSE hablada por los maestros parece ser el origen de lo que hoy es la LSV. Más adelante, en 1950, varios miembros de la primera generación de alumnos de esas instituciones fundaron la Asociación de Sordomudos de Caracas, bajo la dirección de José Arquero Urbano, un inmigrante que había sido líder de los sordos madrileños. La influencia de las señas traídas por Arquero Urbano volvió a transformar la LSV, según relatan viejos testigos de aquella época. Por este relato, muchos sordos venezolanos asumen hoy que ese sordo español fue el creador de la LSV (que se diferencia sensiblemente de la lengua usada por los sordos de España).
Estudios sobre la LSV
Las investigaciones hechas sobre la LSV indican que esta lengua posee los mismos elementos estructurales descritos para otras lenguas de señas: uso de señas direccionales, uso de señas con clasificadores, cambios en la forma de las señas para indicar matices modales y aspectuales, fuerte dependencia pragmática para definir los roles argumentales, etc. Además de investigaciones sobre la gramática de la LSV, se han realizado también estudios en psicolingüística (adquisición en niños sordos, principalmente), sociolingüística y etnolingüística en la comunidad Sorda del país.
Número de usuarios de la LSV
Entre los usuarios de la LSV se incluye tanto a los Sordos que tienen esta lengua como su principal medio de comunicación, como a los oyentes que poseen conocimientos fluidos de ella.
No se conoce el número exacto de usuarios de esta lengua (ningún censo ha considerado, hasta ahora, las especificidades culturales y lingüísticas de esta comunidad). Hay, sin embargo, algunos criterios que permiten especular que esa comunidad tiene cerca de quince mil personas. Esto se basa en interpretaciones de otros datos disponibles, tales como el número de niños sordos que son atendidos por el sistema educativo público nacional (más de tres mil, en 2004), el número de afiliados a las asociaciones de Sordos del país (cerca de nueve mil, en 1997) y las cifras ofrecidas por los organismos internacionales de salud (0,2% de los niños nacidos son sordos).
De resultar ciertas estas estimaciones, los usuarios de la LSV constituirían la tercera minoría lingüística autóctona del país, tras de los pueblos wayúu y waraw.